Como premio, recibió un sensor medioambiental Aranet y un teatro Kamishibai, herramientas que fomentan la observación científica y ayudan a concienciar a los niños pequeños sobre la importancia de proteger nuestro planeta.
El concurso forma parte del proyecto europeo coordinado por el Departamento de Meteorología de la Universidad de Bonn (Alemania), que reúne a ocho centros educativos de seis países diferentes. Su objetivo es promover la acción climática responsable, el aprendizaje colaborativo y la educación medioambiental entre los jóvenes europeos.
Este reconocimiento refleja el espíritu del proyecto Children in the Climate Crisis: compartir ideas, aprender juntos y actuar por un futuro más sostenible.